3 feb 2010

réquiem.

Decir adiós. Soltarse
como la piel de las víboras
en los campos.




Para todos los que nos desprendemos hoy de algo, para todos los que sentimos todavía la piel viva despegándose, pero vemos la piel nueva, tierna y fácil, respirar por primera vez.

Cuando se juntan la pena, el dolor terrible, la estocada sorpresiva largamente anidada, con el asombro, el descubrimiento de que ya no somos lo que creíamos, que somos ahora esa piel, muriendo —naciendo, al mismo tiempo— .

Y que nos revelamos en la oscuridad del llanto que no, no hay vuelta atrás. (Los puentes se incendian a cada paso, y a cada paso nacen peldaños nuevos).

A todos nosotros, queridos amigos, nos dedico suerte, gozo, vida, y para el destete (je) nos dedico esta canción:

 

1 comentario:

  1. oooooh perramagia.
    Los cambios duelen?. Yo siento melancolía por las cosas que he perdido, pero las cosas que he ganado mientras voy mutando me llenan de emoción. Ahora me repito que las cosas pasan por algo... que las cosas tienen que cambiar, que nada es para siempre, y luego encuentro tu dedicatoria para todas esas personas que nos despedimos de un grato pasado, floreciendo cada día nuevamente.

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